viernes, 3 de septiembre de 2010

De cien a cero

Cien.... no pude ser.
Carretera negra y asfalto brillante.
...
Ciento diez... me lo podía haber imaginado.
Las luces de los faros se empezaban a alejar en la noche.
...
Ciento veinte... ¿merece la pena por un momento de algo que parecía felicidad pura?
Comenzó a notar un agujero en el estomago, la rodilla le temblaba.
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Ciento treinta... ¿esos instantes eran reales, como lo deben de ser estos?
Ya no sentía el pie que empujaba el acelerador... inercia.
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Cien cuarenta... ¡mierda!quizás así sea más sencillo
Las imágenes su alrededor se difuminaban y sólo había empuje.
...
Ciento cincuenta... ¿mereció la pena?
La música desaparecía para convertirse en sonido de motor.
...
Ciento sesenta... no puede ser.
La lluvia iluminada resbalaba cada vez más deprisa.
...
Ciento setenta... el fin.
Ya no se distinguía más luces que las suyas.

...

Cero...

....


Dejó de llorar volvió a encender el motor y se incorporó de nuevo a la carretera.

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