sábado, 19 de junio de 2010

Pasado

Hay momentos en los que sin saber como, sin saber porque las historias se repiten.

Tengo la sensación de volver a escribir otra vez sobre lo mismo. Este va a ser, espero mi último post  acerca de mis obsesiones sobre el paso del tiempo y sobre la transcendencia. Además de proponerme no volver a poner puntos suspensivos... Si es que no tengo fuerza de voluntad.

... creo que no... lo he pensado y voy a seguir escribiendo de esto porque, es la razón por lo que empecé con esto... bueno por la segunda... lo primero fue porque no sé como dando al botón de continuar me encontré de repente que tenía un blog. Sinceramente si lo tengo que volver a hacer seguro que no me acuerdo, me pasa lo mismo que con todo, que he llegado, pero no sé cómo, es divertido si no tienes que intentar repetirlo...

Ya me he vuelto a dispersar. A lo que iba, la segunda razón era porque me apetecía escribir, y el twitter no te deja escribir más de 140 caracteres. 

Y sobré todo qué me apetecía escribir sobre lo que se me pasase por la cabeza. Siempre me ha gustado filosofar sin pretensiones, me parece uno de los mayores  placeres no físicos para pasar el rato. 

Las obsexiones, digo obsesiones están bien, son entretenidas y son agradables... y una de mis obsesiones es el paso del tiempo, debe ser por la facilidad que tengo para dejar que pase. ¿Habéis leído Momo? Me imagino que sí, es un libro que regaban mucho cuando hacías la primera comunión. Un libro que por supuesto no he vuelto a leer ( que es de niños, por favor, y te lo regalaban en la primera comunión!) La historia era sobre un niña que se enfrentaba a lo señores grises que se dedicaban a guardar en bancos de tiempo el tiempo que ahorrabas. 

Me dejó alucinado y obsesionado, hasta ahora, y a aquí sigo perdiendo el tiempo, que dicen que no vuelve.

3 comentarios:

  1. bueno pues si a tí te obsesiona eso, lee a Rosa Montero y vas a ver cómo te sientes más acompañado en los pensamientos. A mi el paso del tiempo me asusta cuando veo a mis amigas con dos niños.

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  2. No he leido a esa señora, pero me fío mucho de lo que me recomienda, lo tengo tengo en cuenta.
    De todas maneras no creo que llegué estoy con los clásicos y aún no he pasado de los rusos del siglo xix, y luego Dickens...estoy involucionando.

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  3. Momo...qué rucuerdos, a mí también me lo regalaron, desde entonces los hombres grises me han estado acechando.
    Tampoco está mal el bar Momo de Salamanca, seguro que lo conoces.

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