Tengo un inicio de post que comienza con Gosto de Portugal, está, como la mayoría de los justos durmiendo el sueño de los idem, arrinconado en los borradores pendiente.
Este post empece a escribirlo este verano, un poco antes de irme a Estocolmo, y antes de irme a Marrakech. Tenía la intención (pasado imperfecto y habitual en este que suscribe) de dedicarle a mis recurrentes visitas al país de aquí, de los de la vuelta, vamos de Portugal mi post mensal/trimestral o anual, lo que correspondiese.
Se quedó en eso, intenciones y unas cuantas fotos cargadas en borradores. A modo de resumen: Portugal me gusta, el festival de Meco es un desastre, hay fotos de cataplanas de marisco que dan mucha envidia y Portugal me gusta (eso lo repetía mucho).
Pues resulta que hace unos días (en serio días) me he ido a Lisboa, que mira que me gusta, que ya van, no sé, muchas veces que he estado allí, pero me había dicho a mi mismo, lo de mismo es figurado y en bajito... no estoy esquizofrenico... aclaración que entiendo necesaria teniendo en cuenta el inestilo habitual de este blog...
Vamos a continuar que ya empiezo con los puntos suspensivos y eso, hacerme caso, no es bueno. Continuando, me dije (en sentido figurado, etc, etc) la última vez que estuve en Lisboa que tenía que volver con pareja, que es una de las ciudades más romanticas que puedo imaginar... y le pega mucho, mucho, ir a acaramelarse y a comer pasteis de Belen... y eso que todo sea dicho, la vez anterior fue muy divertido, que vamos tan poco esta mal buscar la madre de tus hijos en Lisboa, que intentar se intentó, que se puso todo la carne en el asador, aunque allí resulta que son más de bacalao...
Y así, esta vez volví a Lisboa con mi chica, guapa, simpática, lista... y además con un recíen estrenado blog con más entradas que yo (todo esto conseguido en tres semanas) y claro me ha salido la vena competitiva... el "yoprimer" de este post sobre Lisboa es fundamental para mi orgullo viril bloguero...
o algo...
Me gusta sus paseos, su comida... me gusta las bicas... cafés diminutos e intensos
Y también el turisteo y Barrio Alto y los desayunos hipercaloricos y la filhoadas de marisco y la sagres y los gintonic en garitos en los que aún se pude fumar... y los cigarros de despedida y... Lisboa
y se me olvidaba... un garito en Barrio Alto espectacular que mezclaban música clásica con electrónica, con coles de lamparas... se llamaba ¿como se llamaba?... menos mal que lo apunte...

Y otro viaje a Lisboa